El primer encargo del Guepardo para Fórmula IV fue realizado por la empresa Artés de Arcos, importante fabricante de componentes para vehículos y material de competición.

Pretendía fabricar un monoplaza que reuniera las condiciones de la Fórmula IV y que sus fabricantes idóneos serían Molons y Xifré, presentándose en el Salón de Barcelona de 1966 con dos motorizaciones, una de 250 cc y otra de 850 cc (procedente del Seat 850)

En octubre de 1966 se muestra también en el Salón de París, preparándose más prototipos para el "Racing Show" de Bruselas. Con la desaparición de la Fórmula IV muchos sufrieron modificaciones mecánicas caseras, se realizó una versión para Fórmula III pero sin mucho éxito.

Presentación oficial en el Salón de Barcelona de 1966

 
     
     
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